Prácticas para una cultura de paz en las organizaciones

por | Sep 20, 2024 | Notas

Por Julieta Melendez. 

Paz, en pocas letras de un propósito común: material, perceptible, verificable, necesario y extraordinariamente humano. Sin embargo es un concepto distante de los objetivos de las empresas y la productividad. Tal vez es más común tener metas para mejorar el clima laboral, la convivencia de los equipos o cómo evitar los conflictos, el estrés, burnout, ansiedad y falta de compromiso en entornos altamente competitivos, abrumadores y volátiles como pueden ser las empresas.

En el plano más personal creo que al ser un continente sin conflictos bélicos, entendemos la paz como una «sensación» o un «estilo de vida» y no como una cultura alcanzable, común y muy diversa. Las personas somos paz desde lo que somos y lo que hacemos cada día. Es una elección y un hábito, tanto personal como organizacional. En celebración del Día Internacional de la Paz comparto esta intención de ajustar la perspectiva para contribuir a una cultura de convivencia positiva, desarrollo y bienestar de manera pragmática.

Como todo proceso humano lo exploro de forma dual, gradualmente y en el mejor de los casos, colectivamente.

Mirar la sombra: Permitirnos los espacios para el reconocimiento del conflicto y el dolor. Identificar rutinas que emergen dentro de nuestras acciones o de la organización que sostienen situaciones violentas, en materia de género, inequidad, por ascendencia o estructuralmente.

Ofrecer y acompañar la luz: Compartir algunas rutinas o herramientas que permitan a cada organización fortalecer sus modos de convivencia positiva y bienestar individual y colectivo.

¿CÓMO REIMAGINAR LA CONVIVENCIA Y EL BIENESTAR ORGANIZACIONAL?

A continuación, compartimos una serie de llaves para reflexionar y pasar a la acción en las empresas y organizaciones.

  • Escuchar, comunicar y empatizar: fundamental para integrar todas las ideas y necesidades del colectivo. Creando un entorno de confianza donde las diferencias se resuelven de manera constructiva y las personas sienten que pertenecen.
  • Desarrollo profesional y crecimiento personal: promover y contribuir con recursos en oportunidades de capacitación y crecimiento personal, más allá de la productividad directa.
  • Multiculturalidad, diversidad e inclusión: promover entornos que fortalezcan y armonicen los vínculos a través de actividades que contribuyan a organizaciones más humanas y compactas.
  • Promover la actividad física y mental no productiva: significa ofrecer programas que incluyan actividades físicas o prácticas deportivas, así como grupos seguros y capacitaciones para afrontar tensiones o estimular la fortaleza emocional.
  • Reconocimiento, generosidad y gratitud: la expresión habitual del reconocimiento a las contribuciones, los logros y esfuerzos que los individuos de manera profesional o personal, así como los rituales de generosidad y gratitud como valores fundamentales del colectivo.
  • Duelos y conflictos: la confrontación, diferencias y pérdidas son elementos de cualquier vínculo y eso también sucede en las empresas. Requieren ser vistos y acompañados de manera sistémica para una resolución oportuna.
  • Liderazgo positivo: a cualquier escala son las elecciones diarias que se transforman en hábitos las generan bienestar para todos. Un liderazgo que quiere contribuir a la paz es incansable en su transformación hacia el beneficio colectivo. Por lo tanto, actúa con integridad, interdependencia, templanza y flexibilidad, creando organizaciones inclusivas, participativas y representativas que inspiran.

La paz empieza contigo

Los 21 de setiembre de cada año se celebra el Día Internacional de la Paz y desde el equipo compartimos esta reflexión de Julieta Meléndez, quien aporta un punto de vista inspirador junto a una serie de llaves para la puesta en práctica en organizaciones.

Julieta Melendez
Una consultora en proyectos de desarrollo de triple impacto.
Apasionada activista por la paz.

*Articulo publicado por Gemma en setiembre de 2023.

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